Blog personal

Por: Alejandra Jaime

México, 16 de octubre de 2015. – El pasado jueves 15 de octubre, la banda británica Blur dio un concierto para promocionar su reciente material The Magic Whip (2015), en el Palacio de los Deportes.

Tras 25 años de trayectoria, la banda conformada por Damon Albarn (voz, guitarra y teclado), Graham Coxon (guitarrista), Alex James (bajo) y Dave Rowntree (batería) sigue vigorizando al público. Fueron 17, 500 los asistentes –casi lleno total- que bailaron, cantaron, saltaron, gritaron y vibraron con cada canción.

Escenario de Blur

A las 9:30 p.m. se apagaron las luces dentro del Palacio de los Deportes, la euforia se hizo presente. El público era diverso, niños con sus padres, adolescentes, adultos de todas edades; solteros, parejas; rockeros, hípsters, fresas; godínez, chavorrucos y demás. Todos ellos reunidos para escuchar en vivo la música de Blur.

El volumen de la bulla y los gritos, tanto de hombres como mujeres, aumentaba a la par del sonido propio de un camión de helados que era emitido desde el escenario. Todos sabían que, por fin, después de una hora de espera, los emblemáticos músicos ingleses darían comienzo al show.

“Buenas noches”, dijo Damon Albarn y la fiesta empezó. Sonaron los acordes de la canción “Go Out”, tercer sencillo de The Magic Whip, acto seguido Albarn comenzó a cantar mientras el público simulaba el ritmo de la canción. Cuando la canción terminó, el vocalista dijo “muchas gracias” y afianzó la atmosfera de familiaridad que se había creado. Se trató de la primera de 21 canciones que tocarían durante una velada entrañable.

Cuando ésta finalizó, Albarn caminó hacía la batería y tomo una botella de agua, regreso al frente de la tarima y lanzó agua a los afortunados que estaban adelante… Inicio “There’s No Other Way” y el público estallaba eufórico, tanto que Albarn dijo con sorpresa: “It’s fantastic”. Se sintió tan motivado que bajo del escenario cuando interpretó “Lonesome Street”; estaba frente a frente de los fans, mirándolos a los ojos mientras cantaba. Gritos y manos intentando tocarlo se veían desde arriba como raíces que buscan enredarse, la búsqueda por tocar al ídolo estaba teniendo frutos y todo gracias a la entrega de un músico que ama lo que hace y sabe que vive de los fans.

Damon Albarn entregado a su público

“Badhead” fue el siguiente sencillo, se trató de una balada que relajó el ritmo cardíaco de los fans. Casi al finalizar la canción, Damon Albarn extendió sus brazos y miro a todos, una ovación se presenció, aplausos dieron la entrada para comenzar con “Ghost Ship”, que fue coreada con intensidad. Entre el ruido se distinguían gritos femeninos y masculinos: “¡Te amo!, ¡Cásate conmigo!, ¡Albarn, hazme un hijo!, ¡Blur, Blur, Blur!

Habían transcurrido 30 minutos del show y el público ya había entrado en calor, como no pararía ahí, Coxon tocó el solo de guitarra de “Coffee and TV” (reconocida canción del grupo), se vieron brazos alzados tanto en pista como en gradas y al unisonó un aplauso. Se extendió la duración de la canción pues nadie en el Palacio dejaba de cantar el coro.

Con las dos canciones siguientes los ánimos se relajaron, se trató de  “Out of Time” y “Country Sad Ballad Man”, nostálgicas melodías del nuevo sencillo. No fueron tan coreadas, pero si disfrutadas. Albarn iba de un lado al otro del escenario, se detenía y saludaba, miraba a sus compañeros, iba con ellos, cantaba con los coristas, se le veía feliz e inspirado.

El escenario tenia por fondo la imagen de tres talismanes multicolor, después de las canciones melancólicas, éstos se iluminaron y proyectaron lucecitas que caían sobre los fans. Un riff sonó y “Beetlebum” comenzó, este clásico de la banda dio paso a que Albarn bajara de nuevo a saludar y cantar, sólo el barandal se interponía entre los fans y él, se percibía una conexión, al vocalista poco le importaba caerse, sólo quería cantar con los asistentes.

Luego, sonó la canción “Thought I Was a Spaceman” y después “Trimm Trabb”. Mientas la banda tocaba ésta última, Albarn saltaba por el escenario y le lanzaba agua en el rostro al baterista Dave Rowntree, quien tocaba su solo. A los que estábamos ahí nos contagió con su emoción y nos llevó al éxtasis, sólo podías ver personas saltando y liberándose a sí mismas.

Alrededor de las 11:00 p.m., Blur y sus seguidores llegaron al clímax. “Tender” fue tocada, era un tema muy esperado por los fans. Todas las luces del lugar fueron apagadas, la única iluminación provenía de las linternas en los teléfonos celulares que moviéndose al ritmo del tema creaban un espectáculo de luces. ¡Qué mágico sentimos los fans! De forma casi religiosa se repitió una y otra vez el coro: “Come on, come on”.

Inmediatamente, el tema romántico del nuevo álbum “Ong Ong” armonizó el ambiente, las notas movidas, agudas y una letra empalagosa, pusieron a cantar y a mover las caderas del público. Capturas de fotografía, selfies, abrazos y saltos hubo cuando tocaron “Parklife”, porque Blur dio la bienvenida en el escenario a un grupo de 20 fans elegidos, donde había hasta una muchacha disfrazada de empaque de leche (alusivo al videoclip de “Coffe & T.V.). Todos juntos saltaban en el escenario mientras Albarn cantaba a quienes no estaban arriba con ellos.

Con sudor en la frente, sin dejar de brincar, Blur tocó enérgicamente “Song 2”. El suelo del lugar retumbaba debido a los brincos de miles de personas. “To the End” y “This is a Low” le dieron continuidad a la presentación, Albarn seguía de un lado a otro, dirigiendo su mirada al público que lo alababa. A partir de aquí se hizo el primer encore, se despidió la banda y fueron al backstage. Mientras tanto, el grito de “¡Otra, otra!” desde las gradas no paraba de oírse, con este antecedente Blur volvió al escenario.

En su regreso, interpretaron: “Stereotypes”; “Girls and Boys” que puso caótica la situación, no había nadie en el lugar que no cantara, todos grababan con sus dispositivos al mismo tiempo que bailaban violentamente. “For Tomorrow” le permitió al bajo de la banda lucirse, con notas altas y retenidas que provocaban miradas de admiración. Finalmente, ejecutaron “The universal”, Albarn presentó a cada integrante de la banda, así como a los coristas y al conjunto de saxofones y trompetas. Cuando se acercaba el último estribillo, toda la banda hizo una reverencia. Terminó la canción y cada miembro de Blur se fue del escenario.

Despedida de la banda

Se pudo apreciar una mirada de complicidad entre Blur y los espectadores. Una sonrisa dibujada en los rostros de cada miembro de la banda y un notorio agradecimiento del público que salía del recinto riendo, cantando y platicando armoniosamente, son las pruebas de que la noche fue mágica.