Estaba armando una playlist para cozy days cuando me sugirió Spotify agregar No Surprises, en ese momento imaginé mi funeral… un paneo del velatorio, personas viendo mi ataúd cerrado, mamá llorando desconsolada, papá afuera fumando… ¿y cuál habrá sido la causa de mi fallecimiento?
Me da temor pensar en la muerte, porque la última vez la atraje.
Peor todavía, pensar en la mía, a veces soy tan controladora, que temo mi deceso no sea ordenado, ¿quién se quedaría con mis cosas?, ¿sabrían cómo cancelar mis tarjetas, el seguro, darme de baja?, ¿qué harían en la empresa donde trabajo?
Morir no es sencillo, el proceso emocional es lo más difícil, pero no olvidemos todas las acciones legales y materiales… repartir, tirar, vender… ¿quién cuidaría de mis gatos?, ¿y los libros?
Creo que, si algo me pasará, desearía que repartieran mis cosas entre mis amig@s, pusieran música durante el funeral y la familia cuidara de mis amigos gatos. Dejaría un video despidiéndome… pero la muerte no avisa, quizá deba grabarlo ahora.
¿Y mis notas?, ¿todo lo que guardo en la computadora?, ¿mis fotografías?, ¿las cartas y recuerdos que atesoro en una caja arriba en el ropero?
Y si me muero mañana… si todo este pensamiento repentino apareció como augurio… ¿y si muero mañana me habrán olvidado el próximo año?
Si he de morir pronto, sepan que lo haré tranquila, sepan que ame profundamente.
Si he de morir, y estas fueran mis últimas palabras, solo les diría «agradezcan, vivan».