Corría el año, repleto de desencanto.
Qué difícil ha sido mi vida, sin expresar con sinceridad aquello brotando de mi herida.
Profunda es, no de hoy, ni de ayer, lleva unos años sangrando,
sin descanso.
Me rehúso a expresarlo, porque me avergüenza pensar,
que por un alma sin valor, entregue mi corazón.
No me mal entiendas, puedo ver la bondad que ocultas,
de hecho, el mínimo bastó para alimentar una parte de mi alma.
Imaginaré con esperanza que nunca te alcancen mis palabras,
no espero darle a tu ego razones.
Además, no es tu culpa, sino mía,
por no ir a curarme la herida.
Juro que lo intento, juro que me atiendo,
pero cuesta trabajo, porque los que se enamoran rápido superan despacio.
Por favor, ya no vengas, necesito decirte,
jamás seré tu amiga, al menos no en esta vida.