Iba saliendo de su casa, ella se asomó por el balcón para despedirme, recuerdo su carita de esperanza diciéndome: te voy a cantar «Ojalá que te vaya bonito» y empezó…
Ojala que se acaben tus penas
Que te digan que yo ya no existo
Que conozcas personas mas buenas
Que te den lo que no pude darte
Aunque yo te haya dado de todo
No dejé que viera mis ojos cristalinos y el agua brotando sobre mis mejillas, me fui lentamente y la miré una vez más, para grabarme ese momento, tatuarlo en mi memoria mientras me subía al coche a llorar. Me fui todo el camino, escuchando la canción original, dejando mis lágrimas en el asiento detrás.
Parecía mal augurio, tanta muestra de cariño, me dolía pensar en perderla una vez más.
Y el día temido llegó, volví a llorar porque a ella todo le dolió y nuevamente, nuestro alrededor se desmoronó.