Estamos tristes por algo, por alguien. Muchas veces no sabemos, lo confundimos con enojo, lo disfrazamos con indiferencia y buscamos salidas, salidas fáciles e instantáneas. Sin embargo, ya lo dice el refrán: lo que fácil viene, fácil de va.
Deberíamos sentir compasión, compasión verdadera. Sabernos igual de frágiles al resto, porque solo el amor sana.
