Cuando un amigo se va… así decía la canción que solías poner, abuelito.
Te extraño, te extraño diario, aunque días como hoy soy más consciente de esto.
El 6 de marzo de 2023 sería tu cumpleaños número 70.
No llegaste, partiste en 2019, ¡no puedo creerlo todavía!
Desde tu muerte he ido contadas veces a la casa, diez es mucho decir. Tu ausencia pesa, pareciera que todo está ahí esperando tu regreso; no volverás por mucho que lo deseemos.
Hace cuatro años te arrancaron de nuestro lado. Hace cuatro años se siente tan cerca, pero es tan lejos. Te amo.
Te amo y te extraño; quisiera contarte todo, quisiera saberte ahí, cada mañana de domingo escuchando José José y lavando los trastes.
Quisiera haberte pedido consejo cuando me cambié de trabajo, o contarte sobre mis roomies, también sobre mis nuevas amigas y amigos, ¿sabias que Yuni se casó?
No me deja de pesar en el corazón tu muerte, casi al grado de negar la inevitable realidad. ¿Por qué? Creí haber avanzado el duelo, pero cada 6 de marzo regreso.
Tu amor era tan grande, me mantuvo viva tantos años, tu confianza en mí, tu detalle cada viernes de llevarme una coca-cola sin azúcar. ¿Algún día este dolor se irá?
Seis de marzo, cumplirías 70 años. No estás. No estás y duele, no estás y la ausencia persiste, no estás y una parte de mi alma muere.
Te amo. Te amo y nunca lo dije explícitamente. Escribí una dedicatoria a tu nombre; escribí una tesis, trabajé, hice lo mejor que pude, y lo valoraste, jamás me hiciste sentir insuficiente, jamás me hiciste dudar de tu amor.
Ojalá vinieras en sueños a saludar; a saber que aquí ya nada es igual; estoy sanando, estoy esperando.
Cumplo 27 y no estás aquí. Cumpliré 30 y no estarás aquí, ¿23 años es todo lo que pude tener de ti? ¡Qué desdicha!
Querido papá Víctor, querido Víctor Manuel Méndez Marta; te amo tanto. Te extraño tanto, ven a mis sueños, vuélvete luz estelar, manto nocturno, cariño noble.
Feliz cumpleaños 70, papá.